La decisión del dueño del Washington Post, Jeff Bezos, de impedir que el periódico mostrase su apoyo a la candidata demócrata, Kamala Harris, en las elecciones presidenciales le está saliendo cara al medio. Más de 200.000 suscriptores han solicitado darse de baja, según ha publicado NPR, el grupo de radio semipúblico, que cita fuentes anónimas. No todas las cancelaciones tienen efecto inmediato, porque muchos lectores tienen suscripciones anuales. La cifra, que sigue aumentando, representa un 8% del total de los 2,5 millones de suscripciones digitales y al periódico de papel del Post.
La sección de opinión del periódico ya tenía preparado el texto de apoyo a la candidata demócrata frente a Donald Trump. El Post lleva pidiendo el voto para uno de los dos candidatos desde 1976, cuando se pronunció a favor de Jimmy Carter. Antes no lo hacía, con la excepción de 1952. En las dos últimas elecciones apoyo a los candidatos demócratas, Hillary Clinton y Joe Biden, frente a Donald Trump. El consejero delegado de la empresa presentó la decisión como un regreso a las raíces, pero ese argumento no ha convencido ni a los miembros de la sección de opinión, ni de la redacción de noticias, ni a antiguas glorias del diario.
La decisión ha provocado dimisiones en el seno de consejo editorial, compuesto hasta ahora por 10 miembros, incluyendo el director de opinión, David Shipley. Tres de sus mienbros, David E. Hoffman, Molly Roberts y Mili Mitra, anunciaron el lunes que lo abandonan, aunque permanecerán en el periódico. “Es extremadamente difícil para nosotros porque nosotros construimos esta institución”, dijo Hoffman en una entrevista con el propio medio para explicar su decisión de dimitir. “Pero no podemos renunciar a nuestra democracia estadounidense ni a The Post”, añadió el veterano periodista, que lleva 42 años en el periódico y que justo el jueves pasado había recibido un premio Pulitzer por sus columnas sobre la autocracia. “Creo que nos enfrentamos a una amenaza muy real de autocracia en la candidatura de Donald Trump”, escribió en su carta de dimisión.
Roberts dijo que había decidido dimitir “porque el imperativo de apoyar a Kamala Harris frente a Donald Trump es tan moralmente claro como puede serlo”. “Donald Trump todavía no es un dictador, pero cuanto más callados estemos, más cerca estará, porque los dictadores no tienen que ordenar a la prensa que sea cooperativa… la prensa lo sabe y se censura a sí misma”, sostiene la periodista, que escribe columnas sobre tecnología y sociedad, además de formar parte del consejo editorial.
Entre quienes primero criticaron el cambio de postura del Post, definiéndolo como un acto de cobardía, estuvo Marty Baron, que fue director del periódico. Este lunes concedió una entrevista a NPR en que ha dado más explicaciones sobre su rechazo. “Si esta decisión se hubiera tomado hace tres años, hace dos, quizá incluso hace un año, habría estado bien”, dijo Baron. “Es una decisión ciertamente razonable. Pero se tomó a un par de semanas de las elecciones, y no hubo ninguna deliberación seria de fondo con el consejo editorial del periódico. Se tomó claramente por otras razones, no por razones de altos principios”, añadió.
La decisión del Washington Post de abstenerse de dar su apoyo a ninguno de los candidatos seguía a otra en el mismo sentido por parte de Los Angeles Times. A ellos se han unido este lunes USA Today y toda la red de periódicos del grupo Gannet, al que pertenece. Son más de 200 publicaciones diferentes distribuidas por todo el país, incluidas The Arizona Republic, The Des Moines Register y el Detroit Free Press. Ninguno de esos más de 200 medios dará su apoyo a uno de los dos candidatos presidenciales, aunque sí podrán pronunciarse sobre las elecciones estatales y locales si lo consideran conveniente.