Claudia Sheinbaum quiere tener un mayor protagonismo regional. Como anticipó en exclusivo LPO, su alianza con Petro para poner un candidato en la OEA que compita con el de Lula y Trump, demuestra que la presidenta «está dispuesta» a trabajar para articular a la región en general pero al progresismo en particular.
Esto marca un contraste fuerte con AMLO, que si bien se mostró cercano con la región nunca viajó para reunirse con ningún presidente latinoamericano.
«Ella está pensando en el legado que va dejar tras suceder a un hombre que refundó el país», aseguró a LPO una fuente al tanto de la situación.
Según detallan, Claudia «quiere construir su propia transformación que iría en términos locales en temas de infraestructura y energía pero sobre todo que sea recordada como quien convocó y trabajó con el progresismo regional».
Claudia y Petro acuerdan bloquear al candidato de Trump para la OEA
Además, en el Palacio sostienen que las dificultades que tendrá el gobierno con Trump no tienen que ver tanto con temas locales sino regionales como la migración o el narcotráfico y por eso va a necesitar tener bien articulada la región.
Esto coincide con que la mayoría de los gobiernos son progresistas como es el caso de Venezuela, Colombia, Guatemala y Honduras y la espera de Panamá (que dicen que se va a ordenar) y El Salvador de Bukele que tiene juego propio.
En el caso de Uruguay, Bolivia y Chile es más complejo porque están bajo la esfera de influencia de Lula con quien habrá una disputa que no será frontal pero sí intensa.
Por eso, ante la tensión con Trump por la amenaza de deportaciones masivas, Claudia quiere ser interlocutora de centroamericana y el caribe con Washington en esos dos temas que marcarán el ritmo de la relación bilateral.
Lo que quieren Petro y Sheinbaum
Como plataforma de liderazgo, la jefa de Estado evalúa volver a potenciar la Celac como hizo México durante la pandemia. En ese sentido se explica la convocatoria conjunta con la hondureña Xiomara Castro para una reunión de cancilleres para abordar la situación migratoria, que se desarrollará presuntamente antes de la asunción de Trump del 20 de enero.
Según la información del gobierno hondureño, 250.000 hondureños podrían ser deportados en 2025 desde Estados Unidos. Esta cifras son similares en el resto de los países centroamericano. Sobre ese conflicto, Sheinbuam buscará reforzar su liderazgo.