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El fiscal de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla, señaló este miércoles que la principal línea de investigación sobre el asesinato y desaparición de ocho jóvenes originarios de Tlaxcala es un posible ajuste de cuentas entre grupos criminales.
Esta declaración, dada en una conferencia de prensa, surge en el marco de la investigación por la desaparición de los jóvenes que viajaron a Oaxaca con fines turísticos y de presunta actividad delictiva.
Según la versión de las autoridades, los jóvenes habrían sido contactados por un residente local, conocido como “El Jocha”, para participar en robos a cajeros automáticos y comercios, lo que podría haber generado un conflicto con otros grupos criminales de la región.
Rodríguez Alamilla precisó que se ha recabado información de inteligencia que permite seguir el rastro de los implicados. “Sabemos que algunos de ellos llegaron a Oaxaca como parte de un grupo que tenía como objetivo cometer diversos delitos. Uno de los individuos que los contactó, conocido como ‘El Jocha’, también facilitó el hospedaje de las víctimas y orientó sobre los lugares a asaltar”, explicó el fiscal.
Además de las indagatorias sobre los grupos criminales, la fiscalía también está investigando la posible complicidad de las autoridades locales en estos crímenes. En días recientes, un operativo coordinado entre las fuerzas federales y estatales permitió realizar el cateo de las instalaciones de la policía municipal de Santa Cruz Huatulco. En este operativo, se desarmaron a los agentes locales y se aseguraron varias armas y documentos relacionados con el caso, lo que podría implicar la participación de los cuerpos de seguridad en los hechos de violencia.
Este operativo está relacionado con el homicidio de cinco personas originarias de Tlaxcala, cuyo cuerpo fue hallado el pasado 2 de marzo en un vehículo abandonado en la autopista Cuacnopalan-Oaxaca, en el municipio de San José Miahuatlán. La fiscalía de Oaxaca, junto con las autoridades de Puebla y Tlaxcala, lograron ubicar a tres personas desaparecidas de la región de la Costa de Oaxaca, pero dos personas aún permanecen en paradero desconocido.
Las investigaciones también han revelado que las víctimas de este crimen podrían estar relacionadas con otros casos de desapariciones en la misma región, incluidos los reportados en los meses anteriores, lo que ha generado una creciente preocupación sobre la actividad de los grupos criminales en la zona.