La Fiscalía del Estado de Tabasco ha informado del hallazgo del cadáver del periodista Alejandro Gallegos, desaparecido esta semana en el Estado. Organizaciones de defensa de la actividad periodística, como Artículo 19, habían alertado desde el viernes de la ausencia del comunicador, columnista del influyente diario regional Tabasco Hoy, profesor universitario y director de la página de denuncia ciudadana La Voz del Pueblo, Noticias Sin Censura.
En un comunicado, la agencia investigadora ha informado del hallazgo. “Este sábado fue encontrado su cuerpo sin vida en el kilómetro cinco de la carretera que va al poblado C28, del municipio de Cárdenas. Con motivo de estos hechos se inició una investigación llevando a cabo todas las diligencias necesarias de análisis forense y de recolección de pruebas y entrevistas, a fin de esclarecer el móvil de la desaparición y posterior localización sin vida del periodista, que fue visto por última vez en el Municipio de Centro”.
Antaño una región tranquila del sureste, Tabasco se ha convertido en los últimos años en un foco rojo de violencia, situación debida en parte a las pugnas entre grupos criminales, particularmente entre células vinculadas al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la organización conocida como La Barredora. Es un esquema similar al de otras regiones del país, Michoacán, por ejemplo, o Guanajuato, donde estructuras de alguna forma vinculadas al CJNG, compiten con organizaciones locales.
La situación es crítica en la región. Los asesinatos se dispararon el año pasado a su máximo histórico, con 921, cifra nunca vista antes. La crisis trasciende a las calles y afecta a las familias políticas. El actual gobernador, Javier May, de Morena, que tomó posesión hace unos meses, criticó que sus antecesores habían permitido el ascenso de La Barredora. Sin decir su nombre, May señalaba al exgobernador Adán Augusto López, hombre fuerte de Morena en el Congreso y persona de confianza del expresidente, Andrés Manuel López Obrador.
El asesinato de Gallegos es el tercero de un periodista durante la administración de Claudia Sheinbaum. Su caso ilustra de nuevo el estado precario de los periodistas en el país, siempre al amparo de las mafias y sus caprichos. Desde 2000, en México han asesinado a 170 periodistas, según la organización Artículo 19.