
Este viernes se llevó a cabo la 182 Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa, una tradición que se ha celebrado de forma ininterrumpida y que desde marzo de 2024 solicitó a la UNESCO que fuera reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Cada Semana Santa, habitantes de la alcaldía de Iztapalapa y turistas celebran el triduo pascual con una representación que va desde la Última Cena hasta la crucifixión y muerte de Jesucristo.
Este año, asistieron alrededor de dos millones de visitantes al lugar, según cifras difundidas por autoridades de la Ciudad de México.
Esta festividad se realiza en los ocho barrios originarios de la alcaldía: San Lucas, San Pedro, San Miguel, San Pablo, San Ignacio, San José, La Asunción y Santa Bárbara.
Los orígenes de esta representación se remontan a 1833, cuando vecinos de la delegación se reunieron al “Señor de la Cuevita” para organizar la procesión anual de agradecimiento si ponía fin a la epidemia de la cólera morbus, que en ese momento se desataba en la ciudad.
Desde ese momento, y en agradecimiento al fin de la epidemia, los iztapaleños prometieron que cada año harían la procesión por las calles de la demarcación.
A 182 años de ese suceso, la tradición continua con más de siete mil actores en escena en la macroplaza de la alcaldía.
Por esta razón, los vecinos de Iztapalapa han buscado la Representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo que se haga anualmente entre en el mismo catálogo que tradiciones como el Mariachi, la Talavera o la propia cocina mexicana, entre otras.
En marzo de 2024 se presentó el trámite y fue listado por la UNESCO, junto a 71 expedientes en trámite. Sin embargo, a más de un año, la organización no ha emitido su resolución.
Para participar en esta representación es necesario ser nativo de Iztapalapa, ser mayor edad, y no vivir en unión libre; por su parte, quien vaya a encarnar a Jesucristo debe tener más de 25 años, haber nacido en uno de los ocho pueblos, ser soltero y no vivir en unión libre.
Este año, por segunda ocasión, el estudiante José Julio Olivares Martínez interpretó a Jesús de Nazaret; durante la representación vivió lo narrado en la Biblia: le pusieron una corona de espinas, fue azotado, cargó una cruz y finalmente fue crucificado.
“Esta representación, que se celebra año con año, no solamente da cuenta de la fervorosa fe de quienes habitan esta querida demarcación, sino de la energía, del esfuerzo que se encuentra presente en toda nuestra gente”, dijo en rueda de prensa la alcaldesa Aleida Alavez Ruiz.
En 2012, la representación de la Semana Santa de Iztapalapa fue declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México.
“La organización de este evento histórico ha sido permanente desde el año 1843 y se ha logrado mantener y preservar gracias a todas las personas originarias de los ocho barrios, quienes han permitido que ésta tradición se siga llevando a cabo”, cita la declaratoria.
Este año se pudo ver en la lista de expedientes de la UNESCO que la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa es candidata a entrar al Patrimonio Cultural Intangible, así pueda tener su reconocimiento internacional.
La convocatoria se llevó a cabo desde marzo del 2024 y concluye con una sesión del Comité Intergubernamenta, donde se anunciarán los nuevos elementos inscritos para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Este año se realizará en Nueva Delhi, India, del 8 al 13 de diciembre.