
Claudia Sheinbaum y Donald Trump han celebrado “una llamada muy productiva” en mitad de las tensiones por los nuevos frentes abiertos. Los presidentes tuvieron este miércoles su quinta conversación en el marco de la pelea por el agua del río Bravo, por los aranceles del 20,91% a los jitomates mexicanos y por el último despliegue militar de las tropas estadounidenses en la frontera compartida. Ni ellos ni sus equipos han especificado en cuál de todos los asuntos ha sido “productiva” esta llamada.
Ha sido el presidente estadounidense el primero que ha revelado la charla con su homóloga mexicana. En su red social Truth Social, Trump ha escrito a primera hora de la mañana: “Tuve una muy productiva llamada con la presidenta de México ayer. Además, tuve una reunión con representantes de comercio japoneses del más alto nivel”. Una hora después ha salido Sheinbaum, que ha utilizado exactamente la misma expresión: “El día de ayer tuvimos una llamada con el presidente Trump. Como lo menciona en su cuenta, fue muy productiva. Seguiremos dialogando para alcanzar buenos acuerdos que beneficien a nuestros países y nuestros pueblos”.
Las llamadas entre ambos presidentes han sido hasta ahora la principal baza del Gobierno mexicano para llegar a acuerdos con Trump. En los desgastantes meses de negociación de los aranceles generales, Sheinbaum mandó a Washington de forma constante a sus secretarios —de Exteriores, de Economía y de Seguridad— para mostrar a la Administración trumpista los resultados que el país estaba consiguiendo en materia de migración y seguridad. Sin embargo, como confirmó a EL PAÍS una fuente cercana al Gabinete, todo lo conseguido se decidía en los 30 minutos que duraba la conversación personal entre los dos mandatarios.
Ahora Sheinbaum tiene que usar sus cartas para apaciguar al republicano especialmente en el tema del agua. México y Estados Unidos firmaron en 1944 un tratado para regular los envíos de agua entre los dos países. Las cláusulas establecen que EE UU manda cada año por el río Colorado 1.850 millones de metros cúbicos a México y este devuelve por el río Bravo casi 2.160 millones de metros cúbicos cada cinco años. Esto es, dice el tratado, “en condiciones normales”. Sin embargo, en estos últimos cinco años, México apenas ha entregado 632 millones, es decir, el 30% de lo que debería. De forma oficial, el país tiene hasta este octubre de 2025 para entregar el resto, más de 1.500 millones de metros cúbicos, una misión imposible.
El país no tiene agua suficiente: las dos presas que regulan estas entregas, la de La Amistad y Falcón, están al 13% y al 8,8% de su capacidad, respectivamente. Y todavía faltan un par de meses para que empiece la temporada de lluvias. Trump ha amenazado con imponer aranceles y sanciones a México si este no devuelve a los granjeros texanos el agua que debe. La pregunta para la Administración de Sheinbaum es cómo. Quizás la llamada con Trump haya servido, por lo menos, para ganar tiempo.