
Escrito en MÉXICO el
El analista Héctor de Mauleón señaló este jueves que el horror del campo de exterminio en el rancho de la Estanzuela, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, es el resultado de la fallida estrategia de seguridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la cual fue marcada por la política de «abrazos, no balazos».
En entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola para Latinus, De Mauleón denunció que el expresidente no sólo evitó confrontar la creciente violencia, sino que también descalificó a aquellos que intentaron visibilizar la magnitud del problema.
«Esto es el resultado de seis años de ‘abrazos, no balazos’, de negar el problema, de negar el avance del crimen organizado, de reírse de las masacres», afirmó el analista. «El gobierno de López Obrador se dedicó a descalificar a quienes revelaban la realidad, lanzando campañas de persecución, pero no contra los criminales, sino contra los periodistas y activistas que los denunciaban».
El analista apuntó que el caso del rancho en Teuchitlán no es un hecho aislado. Desde hace años, colectivos y activistas en Jalisco y otros estados del país han denunciado la desaparición de jóvenes, muchos de ellos entre 15 y 29 años. Las pruebas de que el crimen organizado había tomado el control de varias zonas del país eran claras: cadáveres calcinados, restos humanos esparcidos y señales de tortura. Sin embargo, según De Mauleón, el gobierno de López Obrador hizo caso omiso a estas advertencias, negando el problema y minimizando las atrocidades.
El analista también mencionó el caso de Carla Quintana, la excomisionada nacional de búsqueda, quien denunció en 2020 que la mayoría de las desapariciones en México involucraban a jóvenes, especialmente hombres. De Mauleón destacó que, en lugar de recibir apoyo, Quintana fue forzada a renunciar después de que el gobierno de López Obrador intentara tomar el control del padrón de desaparecidos para «ocultar» la magnitud del problema. «López Obrador terminó su sexenio con 54 mil desaparecidos, el mismo número que suman los desaparecidos de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto», comentó De Mauleón.
De Mauleón subrayó que este «campo de horror» estaba ubicado a tan solo 60 kilómetros de Guadalajara, en una zona accesible, lo que hace aún más difícil de entender cómo pudo operar sin ser detectado.
Con el cambio de administración y la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, De Mauleón señaló que Estados Unidos ya está tomando nota de que la política de «abrazos, no balazos» ha terminado. «Creo que en Estados Unidos están leyendo la narrativa de que los ‘abrazos’ se acabaron», comentó. «Aquí, el gobierno de Sheinbaum no lo va a reconocer públicamente, pero la señal es clara», agregó, haciendo alusión a las recientes detenciones de altos líderes del crimen organizado, como parte de un giro en la estrategia de seguridad.
De Mauleón también destacó la creciente presión internacional sobre el gobierno mexicano, especialmente de Estados Unidos, que ha señalado la colusión entre los cárteles y el gobierno de López Obrador. «Lo que es evidente es que la estrategia falló y que la administración de López Obrador permitió que los cárteles operaran impunemente durante seis años», concluyó.