Los desafíos para la presidenta Claudia Sheinbaum de cara al próximo gobierno de Donald Trump en los Estados Unidos continúan aumentando. A las amenazas del republicano en materia económica, migratoria y de seguridad se sumó, este lunes, el nombramiento de Maurice Claver-Carone como el enviado especial para América Latina, un puesto fundamental que podría marcar el futuro de la relación bilateral que comenzará el 20 de enero.
Su nombramiento proviene del ala más dura de la política exterior de Washington, lo que marcará un cambio con las relaciones que desarrolló Joe Biden durante los últimos años. Al igual que el futuro secretario de Estado, Marco Rubio, o que Mike Waltz, futuro asesor de seguridad nacional, Mauricio Claver-Carone proviene de los sectores más duros de la diplomacia norteamericana. En México, adelantan diversos especialistas, las risas y el buen tono del embajdaor Ken Salazar podrían quedar en el pasado muy rápido.
El funcionario cubano-estadounidense es oriundo de Florida, uno de los estados predilectos de Donald Trump, que en los últimos años ha logrado transformarlo de un swing state a un fuerte bastión republicano. Esto se debe, en parte, a la fuerte postura de sus principales figuras, entre las que también está Marco Rubio, ante los gobiernos de Venezuela y Cuba, de donde proviene una gran porción de su población local. El futuro funcionario también sostiene un discurso injerencista sobre estos dos países.
De todas maneras, Claver-Carone no es un desconocido para el Palacio Nacional ni para Morena. En el 2020, por ejemplo, el cubano-estadounidense fue el elegido de Donald Trump para ser el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una posición que históricamente les correspondía a los países del continente sudamericano. A raíz de esta disputa, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador apoyó la jugada de su par argentino, Alberto Fernández, para impulsar a Gustavo Béliz, un abogado argentino.
Sin embargo, la estrategia no resultó frutífera ya que Donald Trump, en alianza con una serie de gobiernos de derecha de América Latina, logró impulsar a su candidato, quien tomó el puesto a pesar de la controversia bilateral. De esta manera, el juego entre México y Argentina no acabó como se esperaba y Claver-Carone nunca lo olvidó. Poco tiempo después, el norteamericano fue destituido de la presidencia por mantener una relación amorosa con una subordinada, un hecho por el cual siempre denunció una persecución en su contra por sus principales rivales, es decir, aquellos países que no lo apoyaron como candidato.
«Trump nunca habló de intervención a México, hay que escuchar bien»
A las preocupaciones mexicanas se suman, además, las recientes declaraciones de Donald Trump contra los grupos narcotraficantes, a los que anunció que calificará como «terroristas». Esta medida, por ejemplo, cuenta con el total apoyo de Claver-Carone, quien considera que uno de los principales desafíos de la región es el tráfico de estupefacientes. «Conoce las terribles amenazas que enfrentamos por la migración masiva ilegal y el fentanilo», sostiene Trump sobre su funcionario en el anuncio de este martes.
Con este escenario, el gobierno mexicano espera que Claver-Carone tenga un rol protagónico en otras regiones del continente, como Cuba y Venezuela (sus dos obsesiones), y que el vínculo con México transite por otras vías, como las embajadas o las cancillerías. El problema es que, por ahora, todos esos lazos también están ocupados por halcones de la diplomacia norteamericana. Por esto, serán fundamentales los próximos pasos de ambos gobiernos antes de la vuelta a la Casa Blanca de Donald Trump.